Lágrimas enredadas en las pestañas. Con cada parpadeo.
Susurros como gritos. Estallan en mil pedazos.
Saben que el pasado se viste de recuerdo. Y te desviste el alma.
Un silencio incómodo.
Ya no es necesario que finjas.
Otro once de marzo.
Que frente al espejo se cae la careta.