sábado, 19 de octubre de 2013

Suele pasar. Cuando una cosa va mal, el resto empieza a entorpecerse también. Es como si la primera desgracia desatase una ola de malos augurios, como si rompiese los hilos que atan el equilibrio, y todo se desmorona.

Sí, es lo que pasa.

Las desgracias nunca vienen solas.